A ver como abordamos esto.
En este tipo de películas me gusta leer las críticas positivas
para intentar comprenderla, y este caso he visto que en su mayoría lo que elogian es su surrealismo y el
significado de sus bizarras metáforas, pero no su talento tras la cámara.
El principal problema que le veo a The Holy Mountain es que
es solo es una sucesión de surrealismo tras surrealismo sin dar tiempo a que se
forme una trama ni personajes. Seguro que cada una de las escenas de la
película tendrá una razón de ser y una explicación, y si las juntamos probablemente
tengamos algo parecido a una historia, pero solo algo parecido, porque aquí no hay una trama real.
Esto me lleva al mejor ejemplo de surrealismo que se me
ocurre, David Lynch, el suyo es un surrealismo controlado, que fluye con
naturalidad pero al mismo tiempo por donde manda el director, y lo más
importante, teniendo claro que es una película y los requisitos que tiene que
cumplir como tal.
Lych escribe una historia, una historia que se desarrolla,
con personajes que evolucionan y con emociones, y a continuación salpica de
surrealismo escenas cotidianas que podrían ser de cualquier película salvo por
los detalles propios de Lych.
Hablando con un amigo sobre David Lych, Alan Moore y este
tipo de guionistas mi colega comentó algo interesante.
No recuerdo las palabras pero básicamente dijo que si
quieres romper las reglas primero tienes que ser el mejor cumpliéndolas.
Ese es el problema de Jodorowsky, ha entrado a saco en el
surrealismo del cine, no ya sin dominar el medio sino sin conocerlo siquiera.
Simplemente expone metáforas surrealistas una detrás de
otra, pecando además de falta de imaginación cuando se trata de usar la cámara,
su forma de rodar es pura simplificación, no hace uso de ninguna de las
herramientas que ofrece el cine para transmitir sensaciones o ideas a través de
los encuadres o acompañando una imagen de la música adecuada.
Su forma de rodar es casi documental, de hecho he visto
documentales más cinematográficos gracias a un buen uso de planos y a montaje.
Un detalle que no he mencionado es la perspectiva puramente
intelectual de Alejandro Jodorowsky, tan falta de emoción y deshumanizada que
resulta más desagradable que las propias imágenes.
Es posible que esta sea la intención del director y que
precisamente esté criticando la frivolidad de la sociedad, también es posible
que sea todo lo contrario, con este tipo de experimentos nunca se está seguro
del todo.
Pero aunque su intención sea la crítica, de la sociedad, la
religión o lo que sea, una crítica por sí sola no vale nada si no viene
acompañada de una sólida argumentación.
Yo podría coger una copia en dvd de The Holy Mountain y
ponerla entre un montón de estiércol a modo de crítica en lugar de currarme
este comentario, pero eso no solo no vale nada, sino que ni siquiera sirve como
crítica ya que quien lo vea no le verá el fundamento a ese acto.
Nada de esto le ocurre a Jodorowsky en los cómics,
probablemente porque en ellos solo ejerce de guionista. En sus trabajos con Moebius o Manara Jodorowsky sabe
mantener la historia centrada, con sus paranoias y sus rarezas, pero siempre
con sentido y lógica, sin limitarse al surrealismo.
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